Bubba Watson consigue su segunda victoria en el PGA Tour

“Probablemente voy a llorar todo el día, exactamente como hice la última vez.” Palabras de Bubba Watson, que ayer se proclamó ganador del Farmers Insurance Open en un gran final de torneo. Los protagonistas fueron el propio Bubba, la mejor versión de Phil Mickelson y el jugadorazo que descubrimos la semana pasada: Jhonattan Vegas.

Tan solo un golpe de ventaja separaba a Bubba de sus perseguidores más directos: Vegas, su pareja de partido y Mickelson, que jugaba justo detrás. El hoyo 18 de Torrey Pines es un par 5 en el que se puede llegar de dos a green y Watson, con su habitual agresividad, así lo jugó.

Sin embargo la pelota estaba en el tejado de Vegas y Mickelson, que tenían que jugar para conseguir el eagle y forzar el playoff. Después de ver que Bubba bombardeaba su bola desde el tee a unas 350 yardas de distancia en el centro de la calle, el turno era para Jhonattan Vegas. Su segundo golpe fue directamente al agua. El impacto no pareció nada malo y a muchos nos extrañó que se quedara corto pues al venezolano le sobra pegada. Stewart Cink tiene su propia hipótesis al respecto, achacando el resultado a una lluvia tan fuerte como repentina que paró el juego durante unos 3 minutos.

El segundo golpe de Watson, sabiendo que su único rival estaba en el siguiente partido, fue al bunker situado a la izquierda del green. Lado corto, poco espacio para parar la bola y para colmo el talud del bunker interfería en la trayectoria de su backswing, con lo que no podía jugar directo a bandera. Mientras Bubba estudiaba las posibilidades de su tercer golpe, Mickelson se encontraba en el rough, a la izquierda de la calle. Cuando todos creíamos que dejaría que Bubba terminara el hoyo para saber si necesitaba el birdie o el eagle para forzar el playoff, Mickelson nos sorprendió pegando su segundo golpe antes incluso que Bubba se colocara para sacar su bola desde bunker. Hasta el cámara se sorprendió y casi no capta el impacto, desencadenando la polémica. Mickelson, el rey de los golpes imposibles, dejaba de buscar el green y dejaba todas sus oportunidades de eagle en meter su bola desde 60 metros.

Lo que muchos no esperábamos era que la sacada de bunker de Bubba iba a tener una precisión milimétrica, consiguiendo frenar la bola rápidamente y dejando que una pequeña pendiente en el green la acercara al hoyo, dejándola a casi 4 metros para conseguir el birdie. Un putt rápido, con caída de izquierda a derecha y con la presión de saberse prácticamente ganador si embocaba. Así se gana un torneo, con un putt complicadísimo en el último hoyo y contra las cuerdas.

Si el juego de uno no defraudó a nadie, la reacción del aspirante tampoco pudo hacerlo. Mickelson nos demostraba que el segundo golpe que tenía desde el rough a green era prácticamente una quimera y lo hizo como sólo el podría. Mandó a su caddie, Jim Mackay, retirar la bandera del hoyo cuando su bola se encontraba a unos 60 metros, como si de un putt largo se tratara. “Imagínate que ahora le pega un filazo” decían en la televisión inglesa. Pues bien, Mickelson no embocó pero tampoco le faltó mucho, consiguiendo el birdie con facilidad.

Un final de torneo a la altura de lo que vimos en Bahrain y que nos dejó un domingo de golf espectacular. Bubba es una realidad muy a tener en cuenta en el PGA Tour, con dos victorias en menos de un año y habiendo jugado un playoff por el PGA Championship, pero también lo es Jhonattan Vegas. El chico tiene un swing sólido y potente y sobretodo, una actitud en el campo inmejorable. Es agresivo en cada golpe, a los fallos les sigue una sonrisa y en general, se ve que disfruta mucho con lo que hace. Quizá esa sea una de sus mayores virtudes y si no, que se lo pregunten a otros jugadores.

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