Ovidiov 
Hace ya un par de semanas en el programa Casa Club, de Golf +, tuvo lugar un debate muy interesante sobre lo que debieran ser los campos públicos y privados, saliendo nuevamente este tema ahora, por la inauguración ayer del nuevo Encin Golf, un campo en suelo público, pero construído y gestionado por una empresa privada, Desprosa, durante los cincuenta próximos años, acudiendo a dicho evento, Esperanza Aguirre, que por mucho que digan los medios, sí que pegó un driver (¿Callaway Octane?) y no una madera 5 como se lee en diversos medios.
A mi modo de ver, un campo público y un campo privado (comercial), tan sólo se debieran diferenciar en el origen del capital necesario para la construcción y puesta en marcha del proyecto,en buena medida, pudiendo dar lugar a campos públicos o privados donde fuese asequible jugar o campos públicos y privados donde pudiese ser todo un lujo jugar, todo depende del tipo y lugar donde se vaya a realizar, así como del futuro cliente que dicho campo esté buscando, pero tantos unos como otros, debieran ser rentables por si mismos, una cosa obvia, pero que a veces parece que se nos olvida.
No es difícil encontrar a personas que cuando se habla de campos públicos, tienen la imagen de campos de golf donde jugar sea muy barato, diseños sencillos, de andar por casa, y que tan sólo sirvan para gente que se está iniciando, pero a mi juicio, se confunde lo que realmente necesita el golf español en estos momentos, de lo que podría ser un campo público en España.
El golf español en estos momentos, necesita fábricas de golfistas, porque el porcentaje de federados sigue siendo muy bajo si lo comparamos con otros países europeos, y una de las posibles maneras de acercar el golf a la gente, es el disponer de campos donde sea asequible jugar para cualquier bolsillo, lo que también ayudaría a que poco a poco el golf se vaya quitando la imagen de deporte caro y elistista, pero esos campos no tendrían porque ser sólo públicos, porque hay veces que en España, parece que se confunde lo público con lo gratuito, y a mi juicio, es un error.
Si queremos campos asequibles tendremos que asumir ciertas cosas que un campo de esas condiciones requiere, menor longitud, mantenimiento correcto, menores servicios. Es decir, si a la hora de viajar o comprar en supermercados, aceptamos lo que los modelos low cost o hard discount conllevan, también tendremos que asumirlo para jugar al golf, independientemente de que se traten de campos hechos con dinero público o privado.
En el mundo existen campos públicos donde cualquier golfista soñaría con jugar, pongamos el ejemplo de Beth State Golf Park, (público) que reúne hasta cinco recorridos diferentes, entre los que sin duda destaca el mítico Bethpage Black, campo que albergó el US Open en el año 2009, pero donde nos encontraremos otros cuatro recorridos más, que se diferencian en su longitud y dificultad, además del precio.
Bethpage Black, campo dónde sólo pueden jugar handicaps bajos debido a su dificultad, tiene un greenfee para no residentes de 130 $ y de 65$ para no residentes. El greenfee del recorrido rojo baja hasta los 86 $ para no residente y 43 para los residentes en New York. Mientras que los recorridos más asequible, verde, azul y amarillo, se pueden jugar los días de diario por 26 dólares. Es decir, Beth State Golf Park, nos da un buen ejemplo, de lo diferente que pueden ser los campos públicos y sus greenfees en función del tipo de campo que estemos hablando, al mismo tiempo que también nos enseña, que los campos públicos pueden ser campazos, como Bethpage Black, pero que también hay que pagarlos como tales.
Me imagino que una buena parte de los campos privados comerciales, les gusta la idea de que nazcan nuevos campos públicos asequibles, ya que de esos campos podrán salir jugadores que tarde o temprano acaben recalando en sus instalaciones, mientras que campos públicos de mayor calado pueden suponer que estén luchando por atraer al mismo golfista, lo que sería una competencia desleal si el campo público tuviese sus greenfees subvencionados o el campo no tuviese la rentabilidad como uno de sus objetivos. Pero ni unos ni otros, debieran olvidar que luchan por ofrecernos una actividad con la que rellenar nuestro tiempo ocioso, y ahí la competencia es muy dura.
Imagen| New York State Office
Pablo Herrero
Enrique Soto
Comentarios
Excelente post, Ovidio. Es un tema que da para mucho, de lo que se podría hablar largo y tendido.
En mi opinión y como abonado de un campo público (El Campo de Logroño, campazo a mi entender) pienso que la primera misión de un campo público es fomentar el golf para todos, asequible a cualquier persona.
El hecho de que haya varios juntos, como Berh State Golf Park, permite que haya varios precios e imagino calidades. Ahora, un sólo campo público, con green fee elevados, aunque sea de calidad, sin otra opción cercana pública, ya me resulta más dificil de enterder...
Yo, creo que si hubiera en España, más campos como el mío, con precios tan asequibles y de una calidad tan alta, tendríamos muchos mas aficionados, muchas más licencias. Y soy consciente que por lo que pago no puedo tener Augusta National, pero me considero un afortunado por tener estándares de calidad altos como en mi club a unos precios realmente atractivos.
-- editado por última vez a las 21:59
Uhhhh la gran problematica..., la verdad es que pienso casi lo mismo que vosotros, pero creo que tienen que ser rentables, como cualquier negocio, lo bueno de los publicos mas gente, yo creo que todos los jugadores nos gusta movernos, conocer otros campos!!!!!, cuantas mas licencias mas jugadores, un buen ejemplo Madrid, ciudades como Burgos tiene dos campazos, Toledo, Segovia..., bueno un Saludiño
También pude ver ese debate en Casa Club y, sinceramente, me decepcionó, porque se obviaron y dejaron a un lado algunas cosas, entre otras, muchas de las que planteas en tu post.
Cuando se habla de golf público y privado se suele caer en la obviedad de hablar de golf en tanto negocio o industria: greenfees, rentabilidad, inversión, precios, recorridos, capital...y a mi modo de ver ese es un enfoque parcial de la cuestión, porque antes de todo eso está la concepción en sí misma de lo público y lo privado. Y es en esa concepción donde todo quiebra.
Pienso que la premisa esencial es que entender o apostar por el deporte público (o como en este caso el golf público) significaría considerarlo un servicio público de interés esencial para el ciudadano, esto es, elevarlo a la categoría de interés público sin más retóricas y zarandajas. Eso supondría que el ciudadano tendría que tener a su disposición el acceso al deporte en condiciones lo suficientemente ventajosas (acceso, infraestructuras, servicios, costes) como para poder practicarlo a cualquier edad.
Esto no es gratuidad, esto es que la Administración Pública apueste por la salud física y mental de sus ciudadanos facilitándole la infraestructuras deportivas necesarias que les permitan costearlas sin la (legítima) rentabilidad de los beneficios de un negocio privado.
Todo servicio público tiene un coste, unos se pagan íntegramente por los usuarios y otros se pagan no sólo por éstos sino además con el dinero de todos (subvención), trasladar esto al golf representaría querer que su práctica fuera socialmente relevante y su extensión a todas las edades de interés público para, a partir de ahí, apostar por fórmulas de promoción con infraestructuras menos costosas y asumibles, por ejemplo, campos públicos de 9 hoyos.
-- editado por última vez a las 10:35
Golfer muy interesante tu reflexión por llevarla un paso más allá, pero entraríamos en un debate mucho más amplio sobre lo que debiera y no debiera considerarse un servicio público. Pero me gusta, me gusta esa reflexión, porque aún siendo como soy un golfista, no tengo nada claro que debiera considerarse un servicio público
Un campo privado no tiene porque ser comercial. Como puede ser el caso de Puerta de Hierro entre otros, donde solo entran socios. Y a mi me parece perfecto.
TAmbien entiendo que los campos publicos se tienen que potenciar poniendo unos precios populares pero aoompañados de gente responsable que lso manejen que luego pasa como en meaztegi que es un descontrol y los marshalls brillan por su ausencia y la educación de algunos jugadores es bastante limitada.
Para generar campospúblicos en españa es necesario cambiar la mentalidad de la gente ya que el golf se sigue viendo como algo elitista y las declaraciones de esperanza el otro día no ayudan para nada
Por supuesto Javier, un campo privado puede ser de socios, pero quizás porque en el debate de Golf+ se centró más entre los que son de libre acceso, lo enfoqué más hacia los campos públicos y privados comerciales.
El problema de la gente del plus que sus debates son sesgados y no muestran todas las alternativas o muestran las que les interesan. La realidad de los campos en españa en mi opinión sería la siguiete, públicos, comerciales y privados. Donde el acceso a los primeros se puede considerar como libre mientras que en los privados o eres socio, correspondiente o invitado de socio.
Si si que hablaron de los campos de socios, sólo que el debate más intenso fue sobre que cómo debieran ser los campos públicos,campazos o campos asequibles, y si éstos entraban o no en competencia con los campos privados comerciales...aunque realmente, también entrarían en competencia con los de socios.
Para mí un ejemplo a seguir de campo público es La Cañada. Un campazo en su diseño, bien mantenido, con una escuela donde salen figuras (Alvaro Quirós, p.e.), un tee de prácticas donde ves un nivel que acompleja, un calendario de competiciones a muerte, un precio asequible para socios y para los que vengan de fuera, etc.
Resultado: medio pueblo de Guadiaro juega al golf independientemente de la clase social. Como debe de ser.
Entiendo las dudas de unos y otros y preciso, cuando hablo de servicio público me refiero al Deporte en donde, por supuesto, que tiene que estar el golf. Para que se me entienda mejor, en Suecia (pais de nuestro entorno europeo) la inmensa mayoría de los campos de golf son públicos. Los costes por jugar oscilan entre los abonos anuales de 200 a 400 euros y greenfees de entre 3 y 6 euros y ello es asi porque el deporte se considera de interés esencial para toda su población y esta concepción se traslada a cualquier modalidad deportiva. Su filosofía es "más deporte menos hospitales".
Tengo la edad suficiente para haber vivido un tiempo en el que jugar al tenis sólo era posible en clubs elitistas y privados o en canchas particulares privadas si conocías o eras amigo de los propietarios. ¿Cómo cambio esa situación? Pues cuando por propaganda política arrimada a los éxitos de los Santana y Orantes, se decidió extender su práctica a todos los niveles y ¿eso cómo se hizo?, pues construyendo canchas de bajo coste (cemento o tenis quick) públicas municipales. Esta es la reflexión que hago: extender la práctica del golf a todos los niveles requiere de una decisión político administrativa (me da igual la administración pública que sea) que promueva la construcción de campos públicos de menor coste que posibilite la práctica del golf entre todos los niveles de la población e, insisto, no hablo de gratuidad.
Pero claro, ¿no será que una concepción así choca contra los intereses económicos de los campos comerciales que, por cierto, son la mayoría de los de este país?.
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